Los invito a vivir en un mundo raro….
Quiero Vivir en un mundo raro y con una especie en vía de extinción, porque en este mundo en el que estamos viviendo todo se está volviendo normal y nos acostumbramos muy dócilmente a lo que para nuestros ancestros sería una herejía.
Un mundo donde dejemos de creer que ningún gobernante sirve, ni los que tenemos ni los que vendrán, sin aceptar que el problema no está en los gobernantes, que son elegidos por nosotros mismos, sino en nosotros mismos. Nosotros, que seguimos esperando que llueva maná del cielo sin aceptar que Dios dijo que no volvería a llover maná. Quiero vivir en un mundo donde vuelva a valer el compromiso de la palabra y no en un mundo donde la “viveza” es signo de inteligencia, donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más valorada que la formación de riqueza a través del esfuerzo y del trabajo honrado donde priman los principios y valores. Quiero vivir en un mundo donde el Ángel de la guarda tenga menos trabajo porque no tendría que acompañarnos las 24 horas del día. Quiero vivir donde mis hijos tengan un mañana promisorio y no un mañana cargado de incertidumbre.
Sí, algunos me tildarán de idealista y soñador y confieso que lo soy, porque creo firmemente que este mundo raro es posible construirlo aquí y ahora, rescatando todas las enseñanzas que hemos recibido, convenciéndonos que si no nos preocupamos por construir el mundo donde vamos a vivir los próximos días o años, otros lo van a construir por nosotros pero seguramente no lo construirán como nosotros lo queremos, porque nos estamos acostumbrando a ver normal lo que no es normal y dicen que la costumbre crea el habito, pero sin darnos cuenta que el habito no hace al monje y por esta razón cada día nos movemos en un terreno más movedizo, sin bases que nos permitan avanzar con esperanza, porque aquí la norma es “trance y avance” no importa que tengamos que pasar por encima de nuestro vecino.
Permítanme invitarlos a vivir en este mundo, que para muchos ya puede ser utópico pero para mí sigue siendo posible si nos dedicamos a provocar el cambio si éste no se produce, empezando por el cambio en nosotros mismos.
Yo creo que todo lo dicho aquí es posible si nos motivamos unos a otros, si nos convertimos en ZAPOS, no en sapos y los Zapos con Z son aquellas personas que se preocupan por animar a los demás a hacer las cosas ordinarias con un poquito extra y así las convierten en EXTRAORDINARIAS. Necesitamos ZAPPEAR a la gente que nos rodea, miremos solamente el ejemplo que nos dan los animales como los gansos que cuando vuelan en V todos van graznando para estimularse entre sí y no solamente graznan los que van liderando sino que cualquiera puede asumir la posición de liderazgo cuando se le requiere. Todo es posible si entendemos que hay oportunidades para todos los que queramos trabajar duro pero no diciendo “TENGO QUE TRABAJAR” sino diciendo “Aquí tengo la OPORTUNIDAD de vivir y trabajar”. Quiero Vivir en un mundo donde entendamos que los peces nadan en el mismo sentido de la corriente solo cuando están muertos y aprendamos a atrevernos a nadar contra la corriente de lo que se está gestando como normal. Solo necesitamos entender que tenemos un problema eminentemente humano y nosotros somos los únicos que podemos resolverlo.
En ese mundo raro no se necesitaran trabajadores, para quienes sus ordenes no sean cumplir órdenes, se necesitaran personas que realmente se apasionen haciendo parte de un equipo ganador donde hacen lo que quieren porque lo quieren y no porque otro se los impone, personas que se apasionen viviendo juntos, alrededor de una labor, valorando el aporte del otro y encontrando en cada ser humano una fuente de conocimientos que se comparten sin temor a sentirnos utilizados, porque el crecimiento debe ser reciproco.
Este mundo es el que estamos tratando de construir en POLIETILENOS DEL VALLE S.A. pero se necesita replicarlo por el cosmos porque somos conscientes que nada podemos hacer si nuestro entorno no siente que hace parte de nuestro mundo.
Eudoro Román Lemos