¿Por qué no podemos seguir siendo niños?

agosto 8, 2011

Este mundo cambiante nos exige seguir siendo niños. Los niños manejan el cambio mucho mejor que los adultos, porque los adultos hemos perdido esa capacidad de asombro que siempre acompaña a los niños.

Los niños disfrutan con el cambio y lo hacen a pasos agigantados. Su naturaleza flexible les permite adaptarse con la velocidad que se requiere. Ellos fácilmente cambian mientras los adultos permanecemos rígidos. En lugar de resentirse por las dificultades del cambio como lo hacen los adultos, los niños tratan los problemas como si fueran un juego.

Los adultos además se atascan en la rutina y en el hábito, pero los niños no se acostumbran al aburrimiento de “la misma cosa”. Los niños insisten en la variedad. El cambio es lo que los mantiene despiertos, inventándose nuevos juegos, para no repetir tanto. Ellos desean sorpresas y buscan nuevas experiencias, ellos aman el aprendizaje continuo. Los jóvenes, son exploradores de corazón y además son abiertos a lo inesperado.

Como resultado su vida es una continua sucesión de “adelantos”.

Necesitamos acercarnos a lo nuevo de la manera como lo hacíamos cuando éramos niños, con curiosidad, más que con preocupación, porque la preocupación no nos permite pensar con cabeza fría. Acercarnos como niños cuando confiábamos en nuestros instintos creativos, nuestra intuición, porque nuestras habilidades de pensamiento lógico, no se habían desarrollado aún. Los adultos tratamos el cambio con nuestra cabeza, confiando en la lógica y usando nuestras experiencias, quedándonos muchas veces atrapados en nuestras viejas soluciones.

Como niños no le temíamos al futuro aunque este fuera impredecible, desafiante, antes queríamos que el tiempo pasara rápido. Nos divertíamos con el cambio y aprendimos más rápido de lo que lo hemos hecho como adultos. Por esto alguien preguntó “ ¿ Por qué las personas no se hacen más valientes cuando se hacen adultos.? ”

Necesitamos actuar como niños otra vez, crear una cultura que sepa como aprender y así podremos darle a nuestras empresas las llaves de las puertas del éxito.

Al stress del cambio la gente responde haciendo un esfuerzo mayor. Entre más grande sea el cambio, mayor esfuerzo se hace. Pero se mantienen apegados a los viejos paradigmas. Le apuestan al futuro pero no son conscientes que muchas de las soluciones del pasado, no serán adecuadas para los problemas del futuro. Es un hecho, que muchos de los problemas de hoy son causados por soluciones de ayer.

No podremos manejar el cambio muy bien, si no cambiamos los viejos paradigmas por nuevos paradigmas.

La clave está en simplificar, buscando soluciones diferentes y a veces más fáciles. Es decir necesitamos jugar nuevamente con el niño que todos llevamos dentro, metiéndole más creatividad e innovación y de pronto menos lógica a nuestro comportamiento.

Eudoro Román Lemos.

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