Prefiero un aprendiz a un rebelde….

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septiembre 27, 2017

Prefiero un aprendiz a un rebelde con habilidad

Todos necesitamos un proceso de desarrollo para volvernos más llenos, física, mental y espiritualmente.

No nacemos como producto terminado, nacemos con un potencial para desarrollarnos, con un terreno sembrado con semillas que encierran cada una de ellas una posibilidad de vida. De nosotros depende que cada semilla germine o muera en el intento. Solo alcanzaremos nuestro potencial si generamos el ambiente propicio.

Siempre me declaro un aprendiz en la escuela de la vida y me gusta rodearme de aprendices, aquellos que están abiertos al cambio, al conocimiento, aquellos que se desarrollan y ayudan en nuestro desarrollo con nuestro propio ejemplo y el de la gente que nos rodea.

No me gusta encontrarme en el camino con aquellos rebeldes entrenados, que creen saberlo todo, pues sus habilidades puede ser buenas, pero no se adaptan al trabajo colectivo. Para mí la actitud de una persona es más valiosa que sus habilidades, toda vez que la actitud es propia y las habilidades se adquieren. Cuando se tiene buena actitud, es como cuando se tiene arcilla suave con la que se puede hacer lo que se quiera, es moldeable. Una vez hecho el utensilio se endurece y permanece así. Un rebelde con ciertas habilidades recibe cierto tipo de entrenamiento que contribuye con su orgullo y se vuelve duro, es tan inflexible que no se puede cambiar. Esto hace difícil contratar a un rebelde entrenado y prefiero contratar a un aprendiz sin experiencia pero que se deje moldear con su flexibilidad.

Necesitamos estar siempre preparados para cambiar si deseamos desarrollar nuestro propio potencial. Con frecuencia queremos cambiar a otros antes que a nosotros mismos, olvidándonos de aquella máxima “SI YO CAMBIO, CAMBIARÁ EL MUNDO”.

Necesitamos crear una cultura, un ambiente en el cual vivir. Siendo éste el resultado final de toda nuestra influencia y de ayudar a desarrollar a la gente que nos rodea, empezando por nuestro propio desarrollo. No es que necesitemos aprender muchas cosas nuevas, sencillamente necesitamos mejorar en aquellos aspectos en los que tenemos puesta la mira. Necesitamos crear gente que encaje, que se deje moldear sin dejarse manosear y es mejor desarrollar a nuestros colaboradores presentes que buscar otros.

Necesitamos gente que tenga claro, que aunque el ambiente en el que se nace y somos criados, no es de nuestra elección, si hay otros aspectos más determinantes; las manos que nos alimentan, la actitud y la forma como nos tratan, las cosas que nos enseñan tendrán mucho que ver con nuestro resultado final, con la construcción de nuestro futuro, pues nuestras decisiones las tomaremos basados en los paradigmas de nuestro pasado y tendrán que ver con el ambiente que nosotros mismos escogemos cuando somos adultos; he aquí una diferencia entre nacer en algo  y desarrollarse a partir de ahí. El haber nacido en al algo, no es total garantía. Necesitamos crear nuestro propio ambiente con nuestros propios paradigmas y es entonces cuando debemos mirarnos en el espejo y preguntarnos ¿Quién soy? ¿Á donde voy? ¿Qué va a pasar?.

Todo lo anterior depende del ambiente que generemos para vivir y de lo flexibles que seamos para cambiar paradigmas cuando haya que cambiarlos y siendo siempre aprendices en la escuela de la vida.

Eudoro Román Lemos.

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