Me volvieron a dar ganas, Eudoro Román

noviembre 3, 2010

Si, tuve que comprar papel de colores para derrotar el síndrome de la página en blanco, y fue así como me volvieron a dar ganas de escribir.

Para escribir se necesita sentir lo que se escribe pero muchas veces se siente y no se puede escribir lo que se siente, porque las palabras se quedan enredadas en  el interior del ser.

Hace varios meses que no plasmaba mi pensamiento, pues la verdad es que soy de esos mortales que todavía atraviesan desiertos por voluntad propia, para luego disfrutar la dicha de encontrar un oasis, siendo siempre mi oasis preferido éste, ESCRIBIR, después de una larga meditación, y compartir con mis queridos lectores la alegría de vivir, que solo la siento dejando volar mi imaginación en la escritura.

En estos meses he tratado de dejar descansar mi mente en su estado natural  no queriendo decir con esto que he tratado de detener completamente mis pensamientos, pues son dos cosas muy diferentes. Me he dedicado a Meditar y meditar no significa de ninguna manera poner la mente en blanco, pues no hay forma de lograr que durante la meditación  no haya pensamientos; aún si pudiéramos pararlos, no estaríamos meditando, estaríamos flotando como zombis, sin rumbo. La meditación es, en realidad, un proceso de conciencia en el cual no hay juicios de valor.

Estoy aprendiendo a dejar descansar mi mente y estoy encontrando una sensación de paz y de satisfacción duraderas al dejar revelar mis cualidades innatas. La manera más sencilla de aclarar el agua cuando se enturbia es dejar que ésta se aquiete y en este mundo convulsionado que estamos viviendo lo mejor es aprender a dejar descansar nuestra mente para recargar la energía que dejamos escapar en el día-día con la adrenalina que perdemos y así nos permitimos ver la vida con mayor claridad y con la infinita extensión de la verdadera naturaleza donde nuestra mente se revele.

Afortunadamente, cuanto más nos familiaricemos con el examen de nuestra mente, más cerca estaremos de encontrar soluciones a los problemas que se nos presentan, y más fácil será darnos cuenta de que cualquier sentimiento que experimentemos, llámese apego, aversión estrés, ansiedad, temor, o cualquier otro, es simplemente una fabricación de nuestra mente. La mente es la fuente de toda experiencia, y cambiando la dirección de ella, podemos cambiar la calidad de todo lo que experimentamos, porque  la posibilidad de ser  de cierta manera u otra, está  con  nosotros en cada momento.

Tardé años en reconocer cuán fácil  es en realidad la meditación, principalmente porque me parecía tan corriente, tan cercana a mis hábitos diarios de percepción, que rara vez me detenía a pensar en ello y ahora  entiendo, que todo lo que experimento cuando simplemente dejo descansar mi atención en cualquier cosa que pasa en mi mente en determinado momento es Meditación, donde verdaderamente me encuentro  con mi propia naturaleza y  con la inquietud fundamental que todos los seres, tanto los humanos como los animales compartimos, ese deseo de ser felices y evitar el sufrimiento y solo podemos satisfacer ese deseo cuando entendemos la presencia de la mente natural.

Los invito a hacer este ejercicio de dejar descansar nuestra mente haciendo un viaje a nuestro interior que nos permita dialogar con nosotros mismos.

 

Eudoro Román Lemos

 

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