La resistencia al cambio no existe
Sí, como lo lee, la resistencia al cambio no existe, hay resistencia a las ideas de los otros. Desafortunadamente los seres humanos vivimos demasiado prevenidos y propensos al conflicto y así sucede cuando alguien concibe una idea y la presenta a los otros, la gente como no la entiende en un principio, la rechaza, considerando que este es el camino más fácil. Aquí comienza el trabajo de las personas que no dejan que sus ideas sean derrotadas fácilmente, cuando nos damos a la tarea de crear un ambiente que apoye nuestra idea y que sirva para que otros la comprendan pensando en los demás y en el éxito de nuestros proyectos.
Necesitamos ejercer el poder de crear y se crea inicialmente a través de ideas; una idea estimula a otra y luego otra. Este ciclo nos deja muchas opiniones y se forma lo que tanto necesitamos en esta época “UN PENSAMIENTO COLECTIVO” donde prevalezca la sabiduría y la inteligencia y desaparezca ese teléfono roto que ha nacido y crecido en el odio y el rencor, males que tanto daño le están haciendo a la humanidad entera, donde hemos creído que lo único bueno de un conflicto es cuando uno pierde y otro gana, dejando de aprovechar el crecimiento que surge de GANAR-GANAR, aquel donde todos podemos ganar y nos hemos enredado en la basura de pase por encima del que sea pero gane.
El hombre del siglo XXI creo que se ha adelantado al futuro tecnológicamente hablando, pero se ha quedado estancado en el pasado e inmerso en los problemas eminentemente humanos del presente, sin detenernos a pensar qué es lo que está haciendo que la brecha que nos separa sea cada día más grande, olvidándonos de lo frágiles que somos, pensando y actuando como si fuéramos a vivir eternamente sin preocuparnos por construir una vida productiva y con destellos de felicidad permanente, a partir de relaciones que nos ayuden a crecer cada día como personas, pues está demostrado y no lo queremos poner en práctica, que nuestro éxito en un alto porcentaje depende de nuestra capacidad para relacionarnos con los demás y que el conocimiento técnico es secundario.
Necesitamos decirle Sí a la vida, indagando profundamente en nuestro interior procesando y aprovechando todo aquello que nos hace crecer y descartando aquellos episodios que obstaculizan nuestro crecimiento, reconociendo nuestra imperfección, dispuestos siempre a dar, con el conocimiento de la ley de la siembra y la cosecha y conscientes de que siempre recogemos a manos llenas lo que sembramos o dígame si cuando usted siembra una semilla no recoge por lo menos al 1.000 por uno y se recoge tanto la buena como la mala siembra, eso depende de la semilla y del cuidado del cultivo que hagamos.
La vida funciona correctamente cuando no dejamos llenarnos de razonamientos egoístas o guiados por pensamientos inmorales pues caemos en decisiones inmorales que no conducen a otra parte que a la autodestrucción, fruto de no ejercer la autorregulación de nuestra mente y al no canalizar la creatividad y la imaginación hacia donde verdaderamente necesitamos que se conduzca.
Todo lo anterior, para invitar a mis queridos lectores a hacer un alto en la acción, para pensar cómo estamos contribuyendo para que este mundo sea cada día por lo menos mejor de lo que lo encontramos, volviendo los ojos a Dios, pues considero que cuando el hombre comenzó a alejarse de Dios fue cuando empezamos a descarriarnos, pero estamos a tiempo para corregir el rumbo y necesitamos empezar YA, con el Convencimiento de que si el cambio no se produce hay que provocarlo.
Eudoro Román Lemos