…. Pobrecito mi Patrón ….

abril 18, 2012

 Como decía el cantor “Pobrecito mi patrón que piensa que el pobre soy yo”, sin darse cuenta que soy millonario. Sí, sigo en el camino de volverme millonario pero hablando en un sentido espiritual, pues el dinero es solo un medio que nos permite hacer felices a los demás y esa felicidad trae consigo nuestra propia felicidad, ya que de nada sirve el dinero, si no tenemos con quien ni como compartirlo y esto suele suceder con frecuencia, que se encuentra uno con gente tan pobre, tan pobre que lo único que tiene es dinero, pues han gastado el resto (Salud, familia, amigos..) consiguiendo dinero que no sirve para nada si todo lo demás no existe.

 Con el tiempo he aprendido a detectar las trampas del falso orgullo y la vanidad que pueden detener mi propio avance. He aprendido a darme un premio después de largas jornadas de trabajo, rodearme de mi familia, entendiendo que teniendo una familia debo declararme un triunfador y reconociendo toda la potencialidad que uno tiene y de cuántas cosas positivas tiene a su favor; así las sonrisas vuelven, saldrá el sol, sonará la música y uno podrá finalmente avanzar hacia la vida que Dios nos dio… con gracia, fuerza, valor y confianza.

Con el paso de los años he aprendido que no se puede contar con el futuro. La vida está en el presente y solo necesitamos aprender a ser más humanos cada día, moviéndonos con la comprensión y la compasión, practicándolas en primer lugar con nosotros mismos y luego con los demás. Sueño con un día en que los seres humanos le demos prioridad a las necesidades de los seres humanos que nos necesitan, un día en el que el hombre comprenda que no necesita tanto para vivir sin darse cuenta que entre más hambre haya en el mundo menos se podrá disfrutar todo lo que se tiene.

Por todo lo anterior me declaro admirador de hombres como William Henry Gates III, más popularmente conocido como Bill Gates quien dice: “Gastar el dinero inteligentemente, es casi más difícil que ganarlo. Donar el dinero de forma apropiada será la principal preocupación en la fase final de mi vida, suponiendo que todavía me quede mucho para donar.” “Al final devolveré la mayor parte (de mi dinero) en forma de aportaciones a las causas en las que creo, como la educación y la estabilidad de la población.” “Una cosa es cierta. No voy a dejar mucho dinero a mis herederos, porque creo que eso no sería bueno para ellos.”

Necesitamos que haya más patrones que piensen de esta manera, donde el ser humano es lo más importante de la creación y no hay derecho para que todavía haya en el mundo (estoy hablando en Colombia, no piense solo en África)  niños muriendo de hambre y otros que no saben que hacer con la comida, hasta que de pronto nadie tenga que comer porque hemos acabado con todo lo hermoso que Dios nos ha dado, incluyendo dentro de esta destrucción, nuestros campos, a donde ya han vuelto los espantos, por culpa de una guerra fratricida que ya nadie comprende.    

Ojalá el hombre comprenda a tiempo que hay oportunidades para todos si se practica la equidad, desterrando la cultura del YOYO y sintonizando más a CVN (Cómo Vamos Nosotros). Ojalá todos los patrones caminen en el camino de los millonarios por el que estoy caminando,  para darse cuenta que no hay gente más pobre que aquel que no sabe que hacer con el dinero que consigue y que solo le sirve para amasar más dinero, del que no se va a llevar ni un solo peso cuando emprenda el largo viaje del que tanto hemos hablado.

A mi patrón lo invito a dejar de pensar que el pobre soy yo y se una a mí para alcanzar y para aprender todo lo que la vida por fuera del dinero nos enseña, cuando se quiere de verdad crecer y trascender.

Eudoro Román Lemos

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